Cuando no podemos salir de nuestro propio ombligo
¿Cuántos, realmente, de los que “somos del centro” nos hemos preguntado alguna vez qué significa ser del extremo? Creo que pocos. Quienes siempre hemos vivido en Santiago rara vez nos interesa lo que ocurre en regiones, a menos que ello nos afecte directamente.