¿Kénosis de la Iglesia? Una mirada a la crisis eclesial chilena
La Iglesia debe aprender a escuchar, pero a escuchar de verdad. No podemos seguir presentándonos como una Iglesia con sordera crónica ni con miopía. Por ahí pasa la kénosis: por hacer silencio y escuchar. Por despojarme de ideas propias y asumir las otras ideas y relatos de vida de los que conforman nuestras comunidades eclesiales. Esto es, en definitiva, el sentido más auténtico de la Iglesia como Pueblo de Dios.